Llego al último escalón antes de
encontrarme de frente a la puerta de mi casa. Me sequé la última
lágrima y puse la mano en el picaporte. Respire hondo. Abrí la
puerta e intenté sacar mi mayor sonrisa, por suerte no había nadie
en mi casa. Me fui al baño pasando antes por mi cuarto, para dejar
el bolso. Me miré en el espejo. Él tenía razón; estaba gorda. Vi
como empezaba a caer una nueva lágrima. Cerré la puerta con el pestillo y me deslice hasta caer en el suelo. Empecé a llorar
desesperadamente. Cuando conseguí calmarme un poco, me levanté y me
acerqué al inodoro. Me arrodillé delante de él y me provoqué una
arcada hasta vomitar; otra vez. Me lavé un poco la cara y salí del
baño. Me dirigí a mi habitación donde se encontraban millones de
fotos de él. Las cogí y las metí dentro de una pequeña bolsa.
Subí a la azotea, abrí la bolsa y encendí una cerilla para
quemarlas. Una vez quemadas las tiré a la calle. Bajé casi
corriendo las escaleras y volví a entrar a mi cuarto. Me senté en
la cama, y me metí entre las sábanas. Pude divisar una cuchilla en
el suelo de la entrada. Me levanté y la cogí. La observe. Era
vieja. Me la pose en el brazo y hice una pequeña raja. Noté como la
sangre caliente salía y se llevaba consigo mis problemas en esos
momentos. Me hice otra raja, y otra. No paraba de hacerme rajas en el
brazo. Cuando me empecé a marear, tiré la cuchilla manchada de
sangre al suelo, me volví a meter en la cama y cerré los ojos; para
siempre.
madre mia, se me saltan las lagrimas =::( muy buena!
ResponderEliminarmuchas gracias:$
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